¿Vale la pena el riesgo por un filtro bonito? Lo que deberías saber antes de convertir tus fotos en arte con IA
Las aplicaciones que convierten nuestras fotos en dibujos de estilo anime o ilustraciones inspiradas en el universo Ghibli están más de moda que nunca. Son divertidas, originales y en cuestión de segundos transforman cualquier imagen en una pequeña obra de arte. Pero… ¿qué ocurre con tus datos personales cuando usas estos servicios?
Tus imágenes, ¿en manos de quién?
Muchos de estos filtros no funcionan directamente en tu móvil. Para aplicar el efecto, tus fotos son enviadas a servidores externos. Eso significa que tu imagen —y, posiblemente, más información personal— viaja por internet y queda almacenada en plataformas que no siempre te dicen qué van a hacer con esos datos.
¿Realmente sabes qué aceptas?
La mayoría de estas apps apenas explican qué hacen con tus fotos una vez se procesan. ¿Se borran? ¿Se guardan? ¿Se utilizan para entrenar modelos de inteligencia artificial? Sin una política de privacidad clara, estás confiando tus datos a ciegas.
Riesgos reales:
- Posible uso de tu imagen para fines comerciales sin tu permiso.
- Acceso total a tu galería si otorgas permisos sin revisar.
- Almacenamiento indefinido de fotos personales, incluso sensibles.
- Falta de transparencia sobre cómo y dónde se procesan tus datos.
¿Cómo proteger tu privacidad?
🔒 Elige aplicaciones de desarrolladores reconocidos.
📖 Lee con atención las condiciones y privacidad.
🚫 No aceptes permisos que no sean imprescindibles.
🗑️ Elimina tus fotos del sistema tras usarlas.
🙋♂️ Si hay personas en la imagen, pide su consentimiento.
En resumen:
Transformar una foto puede parecer inocente, pero detrás hay un proceso que involucra tus datos personales. No se trata de dejar de usar estas herramientas, sino de hacerlo con criterio y seguridad. Recuerda: tu imagen también es tu identidad.
